Mientras mis hijos jugaban a brincar, pago de por medio, me levanté aburrido y caminé unos metros a la librería cercana a donde ellos revoloteaban. Paseaba la vista distraído, sin ánimo y sin expectativa de encontrar algo valioso. Entonces apareció un libro con tapa en color rojo: Eduardo Galeano. Cerrado por fútbol. Lo tomé con emoción y seguí animado.
Faltaban algunas semanas para el mundial de Rusia, y pensé que no habría mejor momento para recordar al inmenso escritor sentipensante.
La ansiedad, a veces incontrolable por comenzar la lectura, pudo ser domada con la fuerza con que se dispara para anotar el gol preciso. Llegué al silbatazo inicial de Rusia y solo entonces abrí el libro. Heme aquí.
Cerrado por fútbol, cuenta Carlos E. Díaz, el editor, reúne todos los textos publicados por Galeano y algunos inéditos, que forman un homenaje al Galeano futbolero, al mismo tiempo que al propio deporte, la única religión sin ateos, diría el personaje.
¡Qué ruede el balón!