Esta madrugada, alrededor de las 4, el sueño me hizo una mala jugada que estoy pagando 16 horas después. Se fue sin más. Ingrato e inhumano. El minucioso trabajo de corregir las 180 páginas de la
Lo mío con Joaquín Sabina fue amor a primer escucha. Habrá sido en 1991 o 1992. Estaba en el Distrito Federal, estudiando en la UNAM. Entonces, como ahora, disfrutaba caminar sin rumbo,
Hoy recordé uno de los más torpes e injustos regaños en mi vida. En realidad, no llegó a serlo, por leve y porque lo creí totalmente absurdo. Ese día entramos al campus Villa de Álvarez de la
Cuando llegué a la escuela secundaria mis padres compraron una máquina de escribir Olivetti, pequeñita, ligera, aseada meticulosamente, con su cinta rojinegra, que guardábamos cuando no se usaba,
En Georges Perec y su libro Especie de espacio avanzo lento, sin saber dónde pondré el siguiente paso. Incertidumbre placentera. Llego al subtítulo “Escaleras” y leo: No pensamos demasiado en
