Leía absorto un libro de Alessandro Baricco cuando se paró frente a mí, tapándome el sol tibio de la mañana fresca. –No me robes el sol, por favor –le pedí amistoso pero enérgico.
–¿Tienes mala pinta? –me dijo sin saludarme. Lo miré sorprendido. Estaba frente a mí. No lo esperaba y menos con esa pregunta inicial. La sentí acusatoria, quizá porque me descubría.
La mañana es calurosa, como todas desde hace un par de meses, pero mi ánimo está por los cielos. Me reconforta saber que pronto terminará esta tortura colectiva que llamamos “campañas
En estos días de fiebres deportivas por la culminación de los torneos de básquetbol en Estados Unidos, y del fútbol en el país y en Europa, me vinieron a la cabeza los recuerdos de mis tiempos
Camino a la oficina, más por costumbre, encendí la radio en el auto. En las tres o cuatro estaciones que frecuento había entrevistas con candidatos a puestos de elección popular. Los diez minutos