Cuaderno 21

¡Felicidades, maestros. Gracias!

Posted by Juan Carlos Yáñez Velazco

Ninguna profesión es más definitiva en mi vida que la de maestro. No sólo porque la ejerzo, que con eso bastaría, sino porque es de quienes más he aprendido y más honda huella dejaron en mi formación profesional.

Cuando pienso en los maestros a quienes debo gratitud tengo presente, por supuesto, a algunas de mis maestras en primaria; otros de secundaria y bachillerato, a varios en la Universidad de Colima y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. De unos aprendí porque fueron modelos de buena docencia; de otros, porque no querría ser igual. Son muchos, por eso no puedo nombrarlos; seguramente olvidaría y sería injusto no honrarlos con una palabra sincera.

En esa imaginaria sala de quienes aprendí algo, de educación y de otras disciplinas, tengo también a colegas universitarios y de otros niveles educativos, quienes me inspiraron o inspiran con el diálogo, su ejemplo y obras, pero sobre todo, por su pasión. Si algo admiro de maestras y maestros es la vocación infatigable del oficio docente.

En sitio especial, junto a quienes me formaron (enderezaron o rectificaron un poco, también cabe admitirlo), tengo a los grandes maestros que leo desde hace tiempo; muchos años, en algunos casos, como Paulo Freire, o que voy descubriendo en nuevas lecturas o recomendaciones de colegas. Son muchos; tampoco puedo mencionarlos.

Soy, en buena medida, lo que todos ellos han contribuido. Así que hoy, Día del maestro (de la maestra) en México, es un buen momento para decirles, porque me leen o porque los tengo grabados: ¡gracias por todo y por siempre!

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