Varias notas del Reformaaluden a las universidades públicas. Son síntomas, descripciones, presagios de problemas en la vida financiera y, probablemente, académica. La primera que leo, fechada el 17 de julio, reseña un punto de acuerdo mediante el cual la Comisión Permanente del Congreso de la Unión solicita a los gobiernos de 22 entidades federativas que entreguen a las universidades recursos pendientes por 1,678 millones de pesos.
Otra, más reciente, consigna un informe de la Dirección General de Educación Superior Universitaria, que reconoce el adeudo de “al menos 22 gobiernos estatales”, por la misma cantidad.
La tercera, también de ayer, titula: “Amagan con paros en 10 universidades”. Líderes sindicales advierten la parálisis financiera y la falta de recursos para pagar a los trabajadores.
El presidente aludió a ellas en su mañanera del 17: que se terminen los cacicazgos en “todas”; luego reculó: en “algunas”.
No será un sexenio apacible para las universidades. Además de apoyos, les faltará comprensión gubernamental y, tal vez, les sobre opacidad.