Diario de un hombre sentado en la plaza

Día 23. Los humanos y las ciudades

Posted by Juan Carlos Yáñez Velazco

Esta mañana cambió el paisaje habitual desde mi banca en la plaza. A las mujeres mayores de la misa, a los hombres que pasan al trabajo y al desfile de niños rumbo a la escuela, se sumaron otros personajes: los estudiantes universitarios. Sus largas vacaciones terminaron ahora, pues en las semanas previas estaban ausentes. Hoy volvieron y aumentó el tráfico vehicular y humano. La calle se congestionó.

La ciudad se parece a la de siempre y reconfirma mi convicción: entre menos humanos haya, las ciudades son más agradables, menos sucias, más silenciosas, menos hostiles, más amplias, menos parsimoniosas. Los humanos tenemos esa capacidad letal de destruir y afear los sitios que pisamos. Durante la pandemia el mundo se limpió, mientras los terrícolas nos encerrábamos. Mares, lagos, bosques, selvas, animales salvajes, todos descansaron, menos nosotros que nos volvimos locos conviviendo nada más que con humanos, entonces muchos anhelaron un poquito de verde o azul en su vida. Luego todo mundo volvió al carril de siempre.

La naturaleza es sabia, dicen los naturalistas, ecologistas o amantes de la naturaleza. Si tienen razón, a ella le convendría enviarnos más mensajes de ese tipo, y a nosotros, aprenderlos.

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