Volvió el loco. El loco de la banca y el otro, el habitante de esta plaza. Esta vez yo leÃa. No lo esperaba, es decir, nunca lo espero. Llegó sigiloso, me alcanzó por la espalda y emitió un
Es lunes. Llego a la banca arrastrando los pies. Me pesó despertar. Me costó moverme por la casa, preparar el desayuno y el café. Aquà estoy ya en la plaza, con cara desencajada y ánimo
Mientras converso animado con el viento y las ramas que juguetean con los pájaros, una presencia me alerta. Se sienta a mi lado en la banca de la plaza. Su olor es desagradable. Apesta. Su presencia
En el reposo por la comida busco en el canal donde escucho a veces los partidos de fútbol de la Champions. La oficina está abandonada. La gente salió, o estará durmiendo en alguna parte que no he
Inspirado en el Diccionario del Diablo, de Ambrose Bierce, y ante el tsunami electoral que nos devorará en los próximos meses, voy de a poquito escribiendo mi propio diccionario para sobrevivir a
